viernes, 12 de mayo de 2017

Diplomado de Análisis Transaccional

El Análisis Transaccional es la herramienta que te permite percibir los estados de congruencia de un modo extremadamente afinado. Como coach o en la profesión que desempeñes, te permite saber el grado de eficacia que ha tenido tu trabajo con el cliente. Te permite saber si el cliente accedió de verdad a su estado de excelencia o te está enviando las señales que se esperan de él. Si accedió a soltar las cargas o está fingiendo inconscientemente porque aún teme a esas mismas cargas.

Muchas labores de coaching u otro tipo de trabajos con el interior de las personas, al cabo de un tiempo, dejan de tener efecto en el cliente. Eso se debe a que el coach o el profesional del área que sea no tiene conciencia de la profundidad en su trabajo y no sabe leer las señales que avisan de un nuevo sabotaje emergente de las profundidades del cliente. 

Cuando conoces a una persona, quizás observes qué clase de hombre o qué clase de mujer es. 
            Lo que estás viendo es qué clase de hombre le enseñó a ser, por acción u omisión, su padre o la representación interna que creó sobre su padre, a quién quizás ni conoce personalmente.
            Lo que estás viendo es que clase de hombre le "mandó" ser su madre, por acción u omisión.
           Si se trata de una mujer, lo que estás viendo es qué clase de mujer le "mandató" ser su padre y que clase de ejemplo de mujer le mostró, por acción u omisión, su madre, aunque quizás ni siquiera llegó a conocerla.
          Cuando ves a un hombre, estás viendo qué clase de hombre fue o es su padre.
          Cuando ves a una mujer, estás viendo qué clase de mujer fue o es su madre.
          Las personas no son feas o bellas por sí mismas, malas o buenas por sí misma, exitosas o fracasadas en sí mismas, tienen mandatos y permisos para serlo. 
          A través de centenares de señales corporales y gestuales te están hablando sus padres sobre qué clase de destino indujeron en la mente de su hijo o de su hija. Un aprendizaje que el niño o la niña adoptaron de modo inconsciente entre el nacimiento y los cinco a siete años. Una edad en la que su cerebro trabajaba de continuo en una frecuencia de entre 4 y 7 megaherzios por segundo las veinticuatro horas del día. 
El famoso estado "alpha"de la mente. Trance puro.
            Una chica quería trabajar con la prosperidad y pensaba que tenía que “liberar”, según sus propias palabras, algo por lo cual era “leal”, según el lenguaje que utilizaba aprendido de las constelaciones familiares, a ella y no podía fluir en esa área de su vida.
         Bien, al hacerle la constelación, una sonrisa irónica asomaba por la comisura de sus labios de continuo, “soberbia”, en el lenguaje y en la interpretación de las constelaciones.
        Ese pequeño demonio destructivo que asomaba por la comisura de sus labios, representa en realidad el mandato de su padre. Su padre la mandataba en sentido contrario, de modo tal que la supuesta lealtad con su madre en realidad la impulsaba y el mandato de su padre, alcohólico, iba en sentido contrario. Cómo podía la chica cumplir consigo misma si tenía que cumplir con un permiso y un mandato en sentido contrario.
        Un constelador, y cualquier terapeuta o facilitador, debería conocer para realizar un trabajo más eficaz, este vocabulario corporal que está hablando todo el tiempo y que nos está diciendo de qué manera esta torcido el destino de la persona, y cuál es el camino para rectificarlo.

        En este diplomado de Análisis Transaccional aprenderás a reconocer esas señales para "comunicarte" con ellas en el más poderoso estado de aprendizaje: el estado "alpha" de la mente.
        Así podrás reformular los permisos y mandatos que se encuentran grabados en el disco duro de tu mente y reprogramar tu vida.
        Héctor D'Alessandro
Comienza el 3 de junio. Un sábado al mes durante seis meses.
Inscríbete al 2281 82 88 84

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